Hoy quiero tocar un tema que llevo bastante tiempo con ganas de tocar y compartir con todos vosotros. No es otro que el cambio radical que ha experimentado Facebook en los últimos tiempos y que es realmente preocupante. Desde hace años he visto Facebook como una gran plataforma, una gran herramienta desde la que poder llegar a la gente, desde la que poder compartir contenidos y obtener una visibilidad que antes era imposible. Un medio ideal para que pequeños profesionales y empresas tuvieran una oportunidad real de llegar a su público objetivo y darse a conocer. Pero todo eso está cambiando y cada vez siento más que Facebook está matando su gallina de los huevos de oro.
La gran ventaja de Facebook y su publicidad es que con nuestra página de fans podíamos especificar exactamente cual era nuestro público objetivo de una forma como nunca antes habíamos podido hacer. Miles y miles de empresas han dedicado ingentes cantidades de dinero, recursos y tiempo en los últimos años en promocionarse, en generar contenidos en Facebook, en hacer crecer sus bases de seguidores con la idea de que esos “me gusta” se tradujeran luego en ventas, refuerzo de imagen de la marca, etc. ¿Cuál es el problema? Pues que Facebook ha estado haciendo cambios para potenciar la monetización de su modelo de negocio y se le han ido completamente de la mano. Ojo, para sus directivos tengo claro que no lo ven así, ellos se saben en una posición dominante de saber que pueden hacer todo lo que quieran sin sufrir las consecuencias…
Facebook ahora considera que aunque una empresa haya conseguido que sus usuarios le den a me gusta a su página, no quiere decir que quieran ver sus contenidos. Por lo que cualquier publicación que hagamos tan sólo será vista por un mínimo % de nuestros seguidores. Ese tanto por ciento aumenta, siempre según Facebook, según nuestro Edgerank. Este viene determinado por la “calidad” de nuestros contenidos y el nivel de interacción que generan. Pero por muy increíbles que sean nuestros contenidos ese % solo aumenta un poco. La única solución que ofrece Facebook para asegurar que nuestras publicaciones sean vistas por el 100% de los seguidores es… sí, promocionarlas. Es decir, pagar. Si a esto le añadimos que la relación precio/alcance ha ido empeorando en los últimos meses, en favor del aumento del coste respecto al alcance obtenido (y luego que ese alcance se traduzca en un retorno real, ya sea en el corto, medio o largo plazo), pues uno empieza a plantearse si vale la pena la inversión económica.
Y es que aquí entramos en otro de los grandes puntos que le indignan a uno. Facebook “censura” más o menos las publicaciones según el tipo. En su momento fue noticia que el tipo de publicaciones que más alcance tenían eran los estados de texto. ¿Alguien se ha parado a pensar el motivo? Sencillo, son la forma más compleja de conseguir redirigir a nuestros seguidores a nuestra web, tienda, etc. Luego le siguen las fotos, después los enlaces y, dentro de estos últimos se encuentran los enlaces a otras páginas de Facebook, los grandes censurados.
¿Qué sucede? Imaginad que sois una empresa que durante cuatro meses ha estado invirtiendo en publicidad en Facebook para aumentar los seguidores de vuestra página. Imaginad que tras vuestra inversión de miles de euros, conseguís la nada desdeñable cifra de 10.000 seguidores, todos dentro de vuestro público objetivo primario. Ahora decís, bueno, tras estos meses vamos a hacer una pausa en la inversión y vamos a vivir de las “rentas”. Es decir, como tenemos ese nivel de seguidores entendemos que nuestras publicaciones serán vistas, serán propagadas, atraerán a otros nuevos seguidores, siguiendo el ecosistema natural que nos ha vendido Facebook desde hace años. La sorpresa viene cuando nos damos cuenta de que si no pagamos, nuestros contenidos, por muy buenos que sean, solo son vistos por una ínfima parte de nuestros seguidores. A lo cuál uno se pregunta, ¿para qué invertir para tener 10.000 seguidores si el impacto neto solo lo ven 500-1000 (los que sean)?
La cosa es tan grave, que no sólo afecta a las pequeñas empresas, sino que las grandes también se están dando cuenta. Como es el caso de Cocacola que hace unas semanas anunció que el retorno que obtenía de Facebook no superaba el 0’05%. Alegaban que iban a seguir en Facebook, por que hay que estar… pero que no iba a seguir siendo una prioridad al constatar que no les generaba unos beneficios sustanciables. Y esto es una empresa que invierte muchísimo dinero, imaginad los que tienen un presupuesto escaso, o directamente no pueden permitirse gastar dinero en publicidad.
Si a esto le añadimos que en Facebook estamos de prestados y que cualquier cambio suyo importante puede tirar por tierra el trabajo o inversion de meses o años, a uno le hace replantearse muchas cosas. Ejemplo el que he vivido recientemente con mi página de Facebook de Juegaenred, que tras mi marcha para fundar GoMultiplayer.com quise cambiar el nombre para que se adecuara al del nuevo negocio. Bien, cambié el usuario sin problemas, solicité el cambio del nombre y empezamos a compartir contenidos de la web con el nuevo nombre. Facebook, en todos los intentos denegó el cambio alegando “cambiar el nombre puede confundir a los NUEVOS usuarios”. Tras varias alegaciones explicando lo ilógico de su respuesta dieron por zanjada la discusión y bloquearon la opción de solicitar de nuevo el cambio de nombre.
A esa página le he dedicado, tiempo, recursos y energía para que creciera hasta tener más de 1.600 seguidores. La postura de Facebook me forzaba a dos opciones. Una, mantener el nombre antiguo y confundir realmente a mis antiguos y nuevos usuarios al ver un nombre que no se corresponde con los contenidos. Dos, eliminar la página y crear una nueva, perdiendo todo el trabajo realizado, para evitar contaminar los futuros contenidos y acciones, así como evitar problemas legales por uso de la marca Juegaenred. Finalmente, no me ha quedado otra que optar por la segunda opción. A Facebook le ha dado igual el grave perjuicio que me ha causado. Este es solo un ejemplo de algo que llevo avisando desde hace mucho tiempo, no hay que centrar todos los esfuerzos en una plataforma que es de un tercero. Hay que estar, por supuesto, pero nuestra base de operaciones debe ser siempre una plataforma en la que tengamos todo el control. Llámese web, blog, red social propia, etc.
Lo más seguro es que Facebook siga por este camino de subir precios, de hacer imposible conseguir visibilidad de contenidos sin pagar grandes sumas de dinero, de cobrar por cada vez más cosas (como cobrar por enviar mensajes a contactos con los que no tenemos amigos en común o Facebook considera “famosos”, lo sean o no).
La cosa está clara, antes de invertir dinero en Facebook hay que analizar profundamente si realmente nos compensará visto lo visto. Yo me temo que he pasado de ser un creyente a ser cada vez más un descreído del amigo Zuckerberg.
¿Y vosotros, qué opináis, habéis tenido alguna experiencia similar?
Patricia
10 abril, 2013 - 13:41 ·Excelente análisis, en un todo de acuerdo, lo he dicho en los talleres que dicto a prestadores de turismo, ya que muchos de ellos solo tienen una página en facebook, sin basar su estrategia de mkt online en su propio sitio web, y que face sea sólo una parte, complementando ademáscon todas las demás redes sociales vigentes.
crear facebook
27 mayo, 2013 - 5:48 ·What’s up mates, pleasant article and fastidious arguments commented at this place, I am genuinely enjoying by these.